domingo, 23 de febrero de 2020

El falso atractivo


El falso atractivo

Lo que más asusta es que vio atractivo el fruto, simplemente poque él lo dijo.
El diablo le habia vendido con malas intenciones aquello que le estaba prohibido, y aunque ya antes lo había visto allí en el huerto, hoy se mostraba deseable ante sus ojos, pero lo que es peor, ella de su propia gana, terminó comprándo aquella baratija.  

Aquel fruto disfrazaba el precipicio con bellos y dulces detalles, se vestía de dulzura pero realmente llenaba de amargura, como una carnada atrapó su pez y de allí en adelante el hombre sufrió las consecuencias. 

Porque el pecado nos engaña, nos atrae haciéndonos creer que nos ha tocado la fortuna, sin embargo trae muerte destruyendo nuestra vida. 

Pero siempre hay cercas que nos separan de aquel fruto, cercas de ordenanzas que aunque parecen incongruentes, si las obedecemos siempre son tan eficientes. 

Huye de las pasiones juveniles le decía a Timoteo, Pablo su maestro.  No matarás le dijo el Padre a su pueblo en el desierto.
La clave es escuchar las instrucciones del Pastor, porque sus ovejas lo conocen, saben donde está Su voz y por eso van siguiéndole a Él, cerrando los oídos al diablo y sus secuaces. 

Porque si el hombre no hubiera atendido a la vos del enemigo jamas hubiera visto aquella fruta con ese falso atractivo.










viernes, 7 de febrero de 2020

Mis 51


Este año cumplo los 51. ..   Me siento muy bien y contento porque al fin puedo ver algunos destellos blancos, que pintan más que todo, la barba que cubre mis mejillas.  Decidido, porque aunque hace algunos años pensaba que los cincuenta eran el inicio al resbaladero a la vejez, ahora solo veo nuevos horizontes.   Emocionado, al ver nacer la empresa de mis sueños, pero agradecido porque se que nada tenemos si no viene de lo alto.  Motivado, a seguir los pasos de  mi padre que aunque tiene más de los ochenta,  aún trabaja como nadie y sigue cosechando logros importantes que me hacen suspirar de un orgullo indescriptible.
Me siento entusiasmado al iniciar la maestría de estructuras, en la tricentenaria universidad que me dio mis primeras enseñanzas en la ingeniería.
Esperanzado, de que aquello que yo hago, sirva como ejemplo, para aquellos que se tienden en la lona antes de que suene la campana.

Aprendí a ganar siendo un perdedor, luché hasta las lágrimas con mucha terquedad, sufrí con los candados de las puertas que no se abrían para mi...   Caí muchas veces, pero ya se cómo levantarme. 

Dios ha sido bueno hasta aquí, será bueno hasta allá.