lunes, 4 de marzo de 2024

Despedido pero...

Salí de aquel lugar conteniendo las lagrimas, derrotado y avergonzado.


Rápido había terminado esa semana que inicié con gran expectativa por haber conseguido mi primer empleo de profesional de la ingeniería.

No se en qué universidad estudiaste, me dijo aquel jefe con evidente molestia., pero no nos sirves en esta empresa, terminó mientras me despedía dándome el cheque de los cinco días trabajados.

Lloré como nunca lo había hecho, me quería rendir y buscar otra cosa que hacer...   Pero algo nació dentro de mi; un fuego intenso, una necesidad de demostrarme lo contrario...  Una nueva fuerza que venía de lo alto...  Tal vez, esa santa terquedad qué tienen los más que vencedores, esa fuerza que se intensifica en nuestras debilidades...  La fuerza que levanta del polvo al necesitado, y te lleva a sentar junto a los príncipes del pueblo del Señor... 

Hoy, después de más de treinta años...   Solo puedo agradecer a Dios por esa experiencia, que me enseñó más que ir a la facultad...   Esa experiencia que me dio resilencia, me hizo analizar mis errores y desidías transformándolos en virtud y diligencia.

‭‭Romanos 8:28 NTV‬‬
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.