sábado, 8 de abril de 2023

Ser un buen padre de familia

Siempre quise ser un pacificador, procurando encontrar en todos los que me hacían daño, una razón valedera para sus actitudes, y cambiar mi individualidad si era necesario, cuando yo les hacía actuar de esa manera...  Negarme a mi mismo para que ellos no pecaran,  (jaja ja), tenía el síndrome de mesías cuando solo hay uno y ese no soy yo.


Pero lo peor es que arrastré a mis hijos e incluso hasta a mi esposa, haciéndoles humillarse delante de aquellos hermanos que no eran muy hermanos que asistían a la iglesia, para que le pidieran perdón y asi procurar sanar el corazón de aquellos que se decían ofendidos.

El problema es que humillé a los que amaba con tal de tener el favor de aquellos que para nada me amaban en verdad.

No los defendí, cuando debería haber sido su baluarte... no les apoyé cuando más ellos lo necesitaban... aduciendo cristianismo, me comporté peor que aquel infiel que no sabe proveer para los suyos.

Un buen padre además de ser un proveedor, sabe defender a su familia, y jamás dejará minar su casa (Mateo 24:43), y eso quiero ser ahora y para siempre mientras viva, seré un muro protector, un escudo de defensa, aquel qué si fuera necesario recibirá cada golpe que les lancen, aquel que estará allí cuando lo necesiten, y hasta el hombro de sus lágrimas.