domingo, 2 de octubre de 2022

Aprendiendo

Cuando mis hijos eran niños, nos pedían tantas cosas y muchas de ellas verdaderamente inaccesibles para nosotros, fue allí que aprovechamos a enseñarles que aunque para nosotros había cosas imposibles, ellos tenían un Padre que estaba en los cielos, para el cual todas las cosas eran posibles (Mateo 19:26)... fue así que vi cómo Dios obrando poderosamente les mostró milagros increíbles que les hizo tener una fe tan personal con su Padre celestial.


Pero como la vida da tantas vueltas, llega un día en que el discípulo se convierte en el maestro, aquel que un día aprendió en tus rodillas, termina enseñándote con gran sabiduría.  

Fue así que hace unos pocos años mi hija me retó a buscar otro nivel, que si mis sueños eran grandes, más lo eran los de Dios (Isaias 55:9)...   Me enseñó a pedir más allá de lo que hasta ahora había tenido confianza de hacerlo, y aumentando mi confianza, a pedir más allá de lo posible...  Aprendí otra vez aquello que enseñé, y recibí mucho más de lo que antes yo soñé...   Quería estar en una playa, Dios me llevó a la mejor...  Quería estar en un buen hotel, me llevó a uno de cinco diamantes...

Dios ha sido bueno y quiero seguir aprendiendo de mis hijos y pronto aun hasta de mis nietos.