domingo, 18 de julio de 2021

Renunciando a la normalidad

Hace algunos años renuncié al maná que en mi casa caía cada día, para ponerme a conquistar mi tierra prometida.  Saliendo del empleo que cada quince días me daba el salario que nos mantenía la alacena, dejando aquella zona de confort, en la que ya se había convertido mi desierto, por ponerme a nuevas guerras que sabía que con Dios yo podía enfrentar. 

Vi milagros sorprendentes pero también grande oposición, vi el sustento milagroso en la mesa de mi casa, pero también gigantes tratando de quitarme la promesa.   En el año de sequía vi caer lluvia en mi hogar,  en el año del diluvio aprendía a construir el arca que mi familia requería. En el año de la oposición, vi caer muros ante mi... En el tiempo de tormentas aprendí a caminar sobre las aguas... ¿Porqué? 

Porque soy hijo del Señor, como tú que estas leyendo estas palabras...  Somos hijos del Dios de las batallas, y llevamos en las venas resiliencia espiritual... Eso que tiene el justo que siempre que se cae sabe levantarse.. La naturaleza del guerrero, Jehová de los ejércitos...  Descendencia de aquel león de la tribu de Juda. 

Dios ha sido bueno para mi, será bueno para ti.