domingo, 18 de julio de 2021

Renunciando a la normalidad

Hace algunos años renuncié al maná que en mi casa caía cada día, para ponerme a conquistar mi tierra prometida.  Saliendo del empleo que cada quince días me daba el salario que nos mantenía la alacena, dejando aquella zona de confort, en la que ya se había convertido mi desierto, por ponerme a nuevas guerras que sabía que con Dios yo podía enfrentar. 

Vi milagros sorprendentes pero también grande oposición, vi el sustento milagroso en la mesa de mi casa, pero también gigantes tratando de quitarme la promesa.   En el año de sequía vi caer lluvia en mi hogar,  en el año del diluvio aprendía a construir el arca que mi familia requería. En el año de la oposición, vi caer muros ante mi... En el tiempo de tormentas aprendí a caminar sobre las aguas... ¿Porqué? 

Porque soy hijo del Señor, como tú que estas leyendo estas palabras...  Somos hijos del Dios de las batallas, y llevamos en las venas resiliencia espiritual... Eso que tiene el justo que siempre que se cae sabe levantarse.. La naturaleza del guerrero, Jehová de los ejércitos...  Descendencia de aquel león de la tribu de Juda. 

Dios ha sido bueno para mi, será bueno para ti. 




miércoles, 28 de abril de 2021

En busca de la gloria

Buscando la alabanza y la gloria

Divagando como siempre entre los juegos de mi mente, formada por dibujos animados donde el daño es imposible y de series de Animé de aquellos tiempos, donde yo era siempre el superheroe, soñando como niño aunque ya era un adolescente.

Vi a mi padre subido en los andamios que le habían colocado sobre aquellas Ruinas, y mientras él fotografiaba para su trabajo, yo pensaba en lo que pasaría si cayera de esa altura...   Como yo me creía omnipotente, me vi llevando a mi pobre padre accidentado hacia el hospital de aquel lugar, manejando el auto donde habíamos llegado, aunque aún no sabía manejar... la gente me aplaudía sorprendida y mi padre orgulloso me abrazaba agradecido.

Cuál fue mi gran sorpresa que mientras  aún estaba divagando en mi heroísmo, que una pata del andamio donde estaba mi papá, hundiéndose en el suelo le hizo tambalear y perder el equilibrio, haciéndole caer a aquel vacío, ante mis ojos.

Totalmente estupefacto, inmóvil y sintiéndome cómplice de aquello que estaba aconteciendo, con lágrimas en los ojos, solo pude ver en medio de mi culpa e impotencia, cómo me subían atrás de un pickup mientras a mi padre lo metían en la cabina de ese auto, con alguien que obviamente no era yo, tomando del timón.

Y es que me creía invencible, que para mi todo era posible, pero Dios me estaba enseñando que la capacidad de cualquier cosa que yo haga en esta vida, es por Él y para Él, no por los aplausos o el orgullo de mis padres... Que el héroe verdadero se llama Jesucristo y que sólo por Su gracia es que soy lo que he llegado a ser y que la alabanza y la gloria siempre sean para Él. 

sábado, 3 de abril de 2021

En busca del anillo

Encontrando el anillo perdido

Cuando iba a graduarme de la secundaria, y mis papás empezaron a buscar anillo de graduación para regalarme, yo les dije que mejor lo hicieran cuando me graduara de la universidad, prometiéndoles que yo les y honraría  con un titulo de ingeniero. 

En 1990 ya alistándome para el examen privado le prometí también a mi futura esposa que en un año antes de nuestra boda ya habría concluido con la tesis. 

Sin embargo, no cumplí con ninguna de las promesas que les hice y ocho años más tarde, en 1999, cuando al fin logré conquistar aquella frontera que parecía inalcanzable, el día de mi examen público, mis padre me entregaron ese anillo que rezaba "ingeniero civil, año 1991" 

Desde ese día ese anillo se convirtió en un signo indeleble de mi vida, y por eso lo que les contaré es tan importante para mi. 

Estuvimos con mis hijos y mi esposa jugando todo el día en aquel balneario, pero al llegar la tarde, antes de retirarnos a los cambiadores, vi que en mi mano el anillo ya no estaba... 

El agua turbia aunque, cargada de cloro no dejaba ver a través de ella, mientras el sol de la tarde tímidamente asomaba sus rayos entre nubes y celajes de colores, haciendo más difícil encontrar cualquier cosa en el fondo de aquellas piscinas. 

Era claro en ese momento que aquel anillo que mis padres me habían regalado con tanta ilusión, esperando que yo les diera el título de ingeniero que les había prometido, se había esfumado junto con la esperanza de poder hallarlo. 

Después de más de una hora en aquella infructuosa búsqueda, de pie frente a la orilla de aquel imposible, arañando ese momento cuando ya no queda otra cosa por hacer y la impotencia de haberlo intentado todo, te mueve a realizar las más  ilógicas locuras que van totalmente contra la razón.  Me paré en cualquiera de las orillas de aquellas seis piscinas donde habíamos retosado todo el día y le propuse al Señor del universo que en el lugar donde me tirara ciegamente, lo encontraría.   No se si fue por mi falta de cordura o tal vez por haber pensado como un niño, pero fue precisamente allí, en una de cientos de posibilidades que vi lo imposible hecho realidad. 

Me tiré sin más pensarlo, con los ojos cerrados nadando en dirección del fondo y de un solo movimiento, tomé el anillo en mi mano a la primera.   Fue tan increíble ver la ley de las probabilidades derrotada ante mis ojos por el Dios del universo, quien sin ninguna duda, había intervenido.

Definitivamente no fue por mi gran fe, pues era obvio que yo no podía ni creerlo... No podía ser por alguna percepción ultrasensorial ganada en una vida de oración, porque desde luego no era así, pero Dios tuvo misericordia y sencillamente como un Padre amoroso me escuchó aquella tarde. 

Hoy aquel anillo es un símbolo de lo que soy, un hombre de miles de defectos, inútil, pero que Dios no ha dejado que sea avergonzado, débil, pero que Dios ha cubierto para que no lo parezca, necio, pero que Él ha hecho que pase por un sabio.  Gracias doy al Padre por haberme dado lo que para nada he merecido y en su misericordia por no haberme dado lo que en realidad he merecido.   Por eso me he animado aún después de los cincuenta, a aventar me nuevamente sin pensármelo dos veces, a sacar la maestría, y abrir la empresa de mis sueños, buscando esos anillos que por mi sola culpa, he perdido en tantas ocasiones pero que mi Padre siempre me ayuda y ayudará a encontrar. 




 









viernes, 26 de marzo de 2021

Diferentes instrucciones

 Diferentes instrucciones

Mis hijos tienen un carácter diferente...  uno de ellos confía mucho en la gente, y al contrario el otro desconfía de todos por igual, por eso desde que eran muy pequeños, nosotros como padres les enseñábamos diferentes  instrucciones a cada uno de los dos. Al desconfiado le guiábamos para que aprendiera a confiar en los demás, pero al que confiaba demasiado lo orientábamos a no hacerlo ciegamente.   Porque cada uno de los dos requería diferentes mandamientos. 

Así mismo, el padre celestial nos instruye a cada uno como necesita, nos conoce tan profundamente, que sus mandamientos serán siempre acordes a nuestro corazón, por eso ya no son escritos en la piedra intransigente, sino en cada corazón de carne de manera individual.

Porque Su palabra está viva y sabe discernir las intenciones más secretas de nuestro corazón (Hebreos 4:12-13)...   Ese corazón que aún para nosotros oculta tantas cosas haciéndolo engañoso (Jeremías 17:9).

Por eso la religión que se basa en el llamado legalismo, jamás podrá ayudar a los hijos del Señor, atrofiando esa relación tan necesaria con su Dios, que debería ser solo personal. 

Por lo tanto, sin dejar de lado que hay niños que necesitan de nodrizas, un hijo del Señor que tiene una verdadera relación con su Padre celestial, jamás preguntará a su líder o pastor si es pecado hacer esto o dejar de hacer aquello, porque leyendo la palabra en perfecta comunión, siempre encontrará su debida instrucción. 





sábado, 28 de marzo de 2020

Ha vuelto a hacerlo otra vez


Ha vuelto a hacerlo otra vez.

De pronto recibí aquel balón y me detuve para observar la situación, aunque fue muy extraño para mi que me confiaran la jugada.  Allí estaba de inproviso intentando hacer alguna cosa, frente a esos grandes hombres a los cuales, sin exagerar, les llegaba hasta los codos.   En mi vida jamás había jugado básquetbol, aunque si bien, lo había intentado, de ninguna forma había recibido ni siquiera un solo pase, todavía.

Me asusté al verme acorralado sin salida, por lo que obviamente tuve que buscar donde estaban los compañeros de mi equipo.  Protegí con todo lo que pude aquel balón, que estuvo a punto de zafarse de mis manos.   Fue allí cuando mientras intentaba hacer el pase al otro lado de la cancha, con el peor atino que pudiera haber tenido algún aprendiz de jugador, que la pelota en lugar de dirigirse al compañero de mi equipo, voló desviado totalmente hacia otra dirección, llegando lentamente y de forma inaudita a anidarse en la canasta limpiamente, dándonos de forma increíble, la victoria sin ninguna intención.

Así mismo me ha pasado en muchas áreas de la vida, no porque yo tenga la suerte de los más afortunados, sino porque Dios que sabe de misericordia, hace para mi, milagros imposibles cada día.  

Por eso cuando veo las victorias de mi vida, solo puedo detenerme y contemplar aquel poder, estando sumamente agradecido, porque se que ese pase fue desviando por Su gracia desde el cielo, y que Dios sonriendo con sus labios, ha vuelto a hacerlo otra vez.

domingo, 23 de febrero de 2020

El falso atractivo


El falso atractivo

Lo que más asusta es que vio atractivo el fruto, simplemente poque él lo dijo.
El diablo le habia vendido con malas intenciones aquello que le estaba prohibido, y aunque ya antes lo había visto allí en el huerto, hoy se mostraba deseable ante sus ojos, pero lo que es peor, ella de su propia gana, terminó comprándo aquella baratija.  

Aquel fruto disfrazaba el precipicio con bellos y dulces detalles, se vestía de dulzura pero realmente llenaba de amargura, como una carnada atrapó su pez y de allí en adelante el hombre sufrió las consecuencias. 

Porque el pecado nos engaña, nos atrae haciéndonos creer que nos ha tocado la fortuna, sin embargo trae muerte destruyendo nuestra vida. 

Pero siempre hay cercas que nos separan de aquel fruto, cercas de ordenanzas que aunque parecen incongruentes, si las obedecemos siempre son tan eficientes. 

Huye de las pasiones juveniles le decía a Timoteo, Pablo su maestro.  No matarás le dijo el Padre a su pueblo en el desierto.
La clave es escuchar las instrucciones del Pastor, porque sus ovejas lo conocen, saben donde está Su voz y por eso van siguiéndole a Él, cerrando los oídos al diablo y sus secuaces. 

Porque si el hombre no hubiera atendido a la vos del enemigo jamas hubiera visto aquella fruta con ese falso atractivo.










viernes, 7 de febrero de 2020

Mis 51


Este año cumplo los 51. ..   Me siento muy bien y contento porque al fin puedo ver algunos destellos blancos, que pintan más que todo, la barba que cubre mis mejillas.  Decidido, porque aunque hace algunos años pensaba que los cincuenta eran el inicio al resbaladero a la vejez, ahora solo veo nuevos horizontes.   Emocionado, al ver nacer la empresa de mis sueños, pero agradecido porque se que nada tenemos si no viene de lo alto.  Motivado, a seguir los pasos de  mi padre que aunque tiene más de los ochenta,  aún trabaja como nadie y sigue cosechando logros importantes que me hacen suspirar de un orgullo indescriptible.
Me siento entusiasmado al iniciar la maestría de estructuras, en la tricentenaria universidad que me dio mis primeras enseñanzas en la ingeniería.
Esperanzado, de que aquello que yo hago, sirva como ejemplo, para aquellos que se tienden en la lona antes de que suene la campana.

Aprendí a ganar siendo un perdedor, luché hasta las lágrimas con mucha terquedad, sufrí con los candados de las puertas que no se abrían para mi...   Caí muchas veces, pero ya se cómo levantarme. 

Dios ha sido bueno hasta aquí, será bueno hasta allá.